viernes, 2 de septiembre de 2016

Het Schip, Amsterdam. Michel de Klerk, 1917-19



Cuando el resto de sus vecinos europeos se consumían en la Primera Guerra Mundial Holanda tuvo la fortuna de disfrutar de paz entre 1914 y 1918, lo que le permitió una maduración gradual de las tendencias anteriores a la guerra. H.P. Berlage, figura tutelar de la moderna arquitectura holandesa, fue, por ejemplo, el primero en reivindicar las ideas arquitectónicas de Wright en Europa. Por otra parte, destacados miembros del movimiento De Stijl como Theo van Doesburg o Gerrit Rietveld comienzan a preocuparse por las implicaciones tridimensionales de la incipiente abstracción geométrica derivada del Cubismo.


En este marco de referencias hay que situar a la “Escuela de Amsterdam”, un grupo de arquitectos de tendencia expresionista en el que la figura legendaria de Michel de Klerk destaca sobre cualquier otra. Los edificios de la “Escuela de Amsterdam” (básicamente viviendas populares, escuelas y sedes de instituciones y servicios públicos) se caracterizan por el uso del ladrillo con diversas texturas, muros ondulantes, torres bulbosas, trabajos de forja y la inclinación por el uso de vidrieras y ventanas en escalera. Quizá el mejor ejemplo construido de esta Escuela sea el conjunto de viviendas llamado “Het Schip” por su vaga apariencia de navío. Es la obra más representativa de De Klerk y su insólito aspecto, muy poco convencional para un edificio de viviendas, no deja indiferente a nadie.


Proyectado en 1917, contiene 102 casas para obreros, una sala de reuniones y una célebre oficina de correos que en 2001 se convirtió, precisamente, en el museo que alberga buena parte de los fondos de la “Escuela de Amsterdam”. Los apartamentos de Het Schip supusieron un cambio radical con respecto a las lamentables condiciones de vida que sufría la clase trabajadora de Amsterdam hasta ese momento. Relativamente amplios, disfrutaban de varias habitaciones, buena ventilación y correcto aprovechamiento de la luz natural, así como de baño privado. Incluso las viviendas de la planta baja disponían de un pequeño jardín particular.

Detalle de esquina


Recomiendo la visita al museo a todo amante de la arquitectura moderna, que incluye la posibilidad de entrar en una vivienda restaurada tal y como fue concebida por De Klerk, pues explica directamente y sin intermediarios por qué Amsterdam se convirtió en el principal paradigma de la vivienda social europea de principios del XX.

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