lunes, 4 de mayo de 2015

Yan Pei Ming en el CAC de Málaga



A Yan Pei Ming le gusta pintar a lo grande. Y no lo digo solo por las heroicas dimensiones de sus retratos o por los enormes pinceles que utiliza –a veces brochas como escobas- sino también por la exuberante metralla gestual de su técnica y la notoriedad universal de muchos de sus modelos (desde Mao Tse Tung hasta La Gioconda). Como ahora está exponiendo en Málaga (otra jugada hábil del CAC) YPM se ha traído dos potentes retratos de Picasso para la ocasión, para hacer honor a su “grandeza”.

Retrato del joven Picasso
Con la proverbial perseverancia china este pintor formado íntegramente en Francia parece haber interiorizado de forma concienzuda las técnicas occidentales de raíz expresionista que emplea sin querer salirse nunca de los límites de la figura humana. Muy parco de color –apenas el blanco, el negro y, en contadas ocasiones, el rojo- YPM parece confiarlo todo a la expresión. Y te guste más o menos lo que hace hay que reconocer que sus retratos causan una sacudida inicial que te obliga a seguir mirándolos y cada vez más cerca.  Tienes que acercarte mucho a ellos para comprender en toda su complejidad la elaborada técnica que los sostiene: partiendo del concepto plano de cartel publicitario YPM va, a través de una pincelada gruesa, belicosa y empastada, añadiendo pintura hasta encontrar el punto de equilibrio entre la penetración psicológica y el impacto visual de la publicidad.

Me pasó una cosa curiosa viendo su exposición: frente al conjunto de sus retratos sentí una extraña desconfianza, una sensación como de no creerme del todo lo que veía, pero si elegía solo uno y lo desmembraba con la mirada, entonces el cuadro se me revelaba como auténtico y me llegaba a emocionar.

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